La primera regla de una escuela de hechicería es que ningún aprendiz, bajo ningún concepto, debe jamás rebelarse contra su Maestro.
Estar contra el fascismo sin estar contra el capitalismo, rebelarse contra la barbarie que nace de la barbarie, equivale a reclamar una parte del ternero y oponerse a sacrificarlo.
Sería loco el militar que al frente de su destino no estuviera dispuesto a sublevarse a favor de España y en contra de la anarquía, si ésta se produjese
La política no es más que el conjunto de razones para obedecer y de las razones para sublevarse
Tenía la necesidad de destruir las viejas convenciones, de desobedecer a fin de recrear la vida y un mundo liberado.
Oh, mujer, mujer. ¡Criatura débil y decepcionante! Ningún ser vivo puede desobedecer a su instinto, ¿es acaso el tuyo el de engañar?