¡Ah, sí! Con toda mi fuerza hablaré a los pequeños, a los humildes, a los que se tragan el veneno y caen en el delirio. Tal es mi único propósito, les gritaré dónde se encuentra de verdad el alma de la patria, su energía invencible y su triunfo seguro.
La música se vuelve tan emocionante que a él se le llenan los ojos de lágrimas. Y eso es lo más lindo de la escena, porque ella al verlo conmovido, se da cuenta que él tiene los sentimientos de un hombre, aunque parezca invencible como un dios.
El pasado y el presente solamente son medio para nosotros: el futuro es siempre nuestro fin. Por eso nunca vivimos realmente, sino que esperamos vivir. Alucinados siempre por esta esperanza de ser felices algún día, es inevitable que no lo seamos nunca.
Estando siempre dispuestos a ser felices, es inevitable no serlo alguna vez.
Es dulce ser la única fuente, la causa tiránica e inapelable de las grandes dichas y de la desesperación más honda de otro ser.
El éxito es como un terrible desastre peor que tu casa ardiendo, los ruidos del derribo cuando las vigas caen cada vez más deprisa mientras tú sigues allí, testigo desesperado de tu condenación.
¿Qué piensan hacer los que gobiernan?¿Piensan seguir arrojando gente hacia el hambre?¿No tienen miedo que los hambreados les asalten los countries o barrios cerrados? ¿O que algún desesperado salga un día a cobrarles la cuenta de tanta humillación y miseria? Y los desesperado no son pocos. No se puede vivir en un palacio rodeado de hambrientos. En algún momento, te devoran
La pasión de venganza, que en parte la había estimulado para la comisión de aquel acto atroz, murió en el mismo momento en que fue satisfecho y la dejó con los horrores de la piedad insuperable y del remordimiento.
El ser humano no necesariamente tiene que caer en la angustia. No es parte de la naturaleza del espíritu sino de una horrible enajenación. Kierkegaard hablaba de un abismo insuperable entre el hombre y Dios... Yo no tengo angustia, porque yo soy Dios y sé que la angustia no es ni existencialmente ni ónticamente necesaria...
La clase de aquellos que tienen la habilidad de pensar sus propios pensamientos está separada por un océano infranqueable de la clase de los que no la tienen