Tu amor por el abrazo ha despertado a todas las durmientes. Tu sonrisa es un lazo de promesas urgentes tras la voraz caricia de los dientes.
¿Quién abrió una ruta por el mar virgen y fuera del alcance de los desgraciados mortales, quién exiló hacia las olas a los piadosos hijos de la tierra firme y los arrojó al voraz piélago, con audaz inventiva?
La mejor manera de servir al mundo es la liberación del ego. Si estás ansioso por ayudar al mundo y crees que no puedes hacerlo liberándote del ego, pon en manos de Dios todos los problemas del mundo, junto con los tuyos propios.
Me desesperaría si no existieses y no me estuvieses esperando aquí con el ansioso aliento de tus fugaces flores.
Y para acá o allá y desde aquí otra vez y vuelta a ir de vuelta y sin aliento y del principio o término del precipicio íntimo hasta el extremo o medio o resurrecto resto de éste o aquello o de lo opuesto y rueda que te roe hasta el encuentro y aquí tampoco está y desde arriba abajo y desde abajo arriba ávido asqueado por vivir entre huesos o del perpetuo estéril desencuentro a lo demás de más.
Mantente ávido por saber y tal vez llegarás a ser sabio.
Soy el típico piscis triste, sensible, insatisfecho
Pues no hay cosa más desasosegada que el ánimo insatisfecho de sí mismo.
Tirarle el hueso al perro no es caridad. Caridad es compartir el hueso con el perro cuando se está tan hambriento como él.
Para un pueblo hambriento e inactivo, la única forma en la que Dios puede aparecer es en la de comida y trabajo.
El glotón es el sujeto menos estimable de la gastronomía, porque ignora su principio elemental: ¡El arte sublime de masticar!