No quiero dejar un trabajo por otro, y yo no creo que tenga que sacrificar algo para poner mi 'todo' en alguno de ellos.
Si supiéramos lo mucho que Jesucristo ama a los niños y jóvenes y el ansia con que desea su alegría y su búsqueda del amor que él les tiene, en lugar de considerar penosa la enseñanza y de quejamos de lo que nos cuesta, estaríamos dispuestos a sacrificar la vida en este esfuerzo.
El diálogo es, sin duda, el instrumento válido para todo acuerdo pero en él hay una regla de oro que no se puede conculcar: no se debe pedir ni se puede ofrecer lo que no se puede entregar porque, en esa entrega, se juega la propia existencia de los interlocutores.
Es de presumir que las mujeres tienen en más su cuerpo que su alma, puesto que la mayoría entregan su corazón sin resistencia y se resisten a entregar su cuerpo.
Empezar con un fin en mente significa comenzar con una clara comprensión de su destino. Significa saber adónde se está yendo, de modo que se pueda comprender mejor dónde se está, y dar siempre los pasos adecuados en la dirección correcta.
Esto prometo: ejercer mi medicina y no apartarme de ella mientras Dios me consienta ejercerla, y refutar todas las falsas medicinas y doctrinas. Después, amar a los enfermos, a cada uno de ellos más que si de mi propio cuerpo se tratara. No cerrar los ojos, y orientarme por ellos, ni dar medicamentos sin comprenderlo ni aceptar dinero sin ganarlo
De perpetuarse el gobierno actual en el poder, ya sea merced a una reforma constitucional o por la fuerza, en la estólida senda de trocar nuestro sistema representativo, republicano y federal por un fracasado comunismo a la cubana, nuevamente serán las Fuerzas Armadas y de seguridad las que lo impedirán por imperio de lo normado en la Constitución argentina
Amar la lectura es trocar horas de hastío por horas deliciosas.
No voy a cambiar la forma en que me veo o de sentir para conformarme. Siempre estuve loco. Así que seré un loco toda mi vida y tengo que vivir con eso, tu sabes. Soy uno de esa gente
Me atrevo a cambiar la frase de voltaire para decir que, preferiblemente, si dios realmente existiera, sería necesario abolirlo.
No había podido decidir entonces qué instintos debían reprimirse y qué parte de su yo debía sacrificar a la sociedad en la que se disponía a entrar.
Por consiguiente, para complacer a dios y para salvar mi alma, debo sacrificar a mi prójimo: este es el egoísmo absoluto.
Yo tengo que jugar un papel en la dirección —obviamente— por un tiempo, no sé por cuánto tiempo. Uno trata de dar, de desprenderse de casi todo y entregarse de lleno al pueblo. Entonces, ¿cuál es mi bálsamo? Mi bálsamo es el pueblo. Me voy a las calles y se me quita cualquier mal, y me tiro en brazos del pueblo.
Celestino se queda perplejo, sin saber qué hacer. Piensa romperle un sifón en la cabeza, por fresco, pero se acuerda: entregarse a la ira ciega es señal de que se está cerca de la animalidad. Quita su libro de encima de los botellines y lo guarda en el cajón. Hay días en que se le vuelve a uno el santo de espaldas, en que hasta Nietzsche parece como pasarse a la acera contraria.
Hasta sacrificarse o renunciar es un problema de astucia.
En general está por norma dispuesto a sacrificarse quien de otro modo no sabe darle un sentido a su vida