Para trepar sobre una roca, el reptil se arrastra; el león da un salto. Para llegar al poder, el hombre reptil comienza por humillarse; el hombre león comienza por ser altivo
Desafío es mantenerse altivo y desafiante ante la adversidad y agradecido ante la victoria; no se tiene rivales a quien vencer, pues se está convencido que para triunfar no se requiere derrotar a otro, su máxima victoria es la conquista de sí mismo;
Nunca resulta presuntuoso para nadie el desear aprender. Este es el objetivo de la creación y el derecho natural de la humanidad. Bienaventurados son aquellos que están preparados para reivindicar ese derecho durante toda su vida
Ni el presuntuoso ni el fatalista están formados. Malo es el optimismo no razonado del primero, y malo también el pesimismo sistemático del segundo. La alegría es necesaria siempre, pero el optimismo ha de ser razonado
El hombre selecto no es el petulante que se cree superior a los demás, sino el que se exige más que los demás, aunque no logre cumplir en su persona esas exigencias superiores.
La humildad de los hipócritas es el más grande y el más altanero de los orgullos.
Jamás de los jamases sobre nuestro suelo sagrado ha de pisar insolente la planta invasora porque nuestro orgullo lo impide porque las naves del invasor para llegar a la presa de sus designios tendrán que navegar sobre la púrpura encendida de nuestra sangre joven.
La victoria es por naturaleza insolente y arrogante.
En la malicia el arrogante coincide con el débil.
Tengo fama de muy serio, o incluso de arrogante o de altivo, y de todas estas cosas que estoy harto de oír. Creo sin embargo que en mis novelas hay mucho humor, pequeñas bromas y hay alguna escena que aspira a ser cómica o en todo caso es un poco disparatada. El humor es una de las pocas cosas que nos salva.
Odio la publicidad, sinceramente. He pasado por la piedra de molino de las entrevistas y las considero una pérdida de tiempo. El tipo que encuentro en esas entrevistas haciéndose pasar por mí suele ser un engreído al que no me gustaría conocer.
Hay casos en que es indecoroso seguir viviendo. Se debe morir orgullosamente cuando ya no no es posible vivir con orgullo.
Si vuestra majestad lo ve así, entonces vuestra majestad no me ha interpretado bien, pues siempre he considerado sumamente indecoroso y absurdo que la mujer tome el puesto de instructora o maestra de su señor y marido; ella debe aprender de su marido y ser enseñada por él.
Ya casi no hay hombres buenos ni malos, ni traidores por vocación, ni envenenadores por capricho. Hemos descompuesto al hombre, al conjunto de mentiras y verdades que antes era el hombre y no sabemos recomponerlo. Nos falta el cemento de la fe divina o de la fe humana, para hacer con estos cascotes una cosa que parezca una estatua.
Hasta un reloj descompuesto da dos veces por día la hora justa