Sé amigo de la virtud y hostil al vicio.
Cuando advirtió en su cordial semblante una cierta, aunque reprimida sonrisa, que le pareció advertir por primera vez. Apenas vio aquella sonrisa, en cierto modo burlona u hostil pese a su apariencia amistosa, recordó inmediatamente lo que estuvo buscando infructuosamente en su memoria...
A quienquiera, siempre que no sea un elemento hostil ni recurra a ataques virulentos, hay que permitirle hablar, y no importa que se equivoque.
El marxismo, totalmente hostil a todas las fórmulas abstractas, a todas las recetas doctrinas, exige que se preste mucha atención a la lucha de masas en curso que, con el desarrollo del movimiento, el crecimiento de la conciencia de las masas y la agudización de las crisis económicas y políticas, engendra constantemente nuevos y cada vez más diversos métodos de defensa y ataque.