Los únicos seres que son suficientemente evolucionados para transmitir un amor puro son los perros y los niños.
La prueba de un afecto puro es una lágrima.
Las palabras deshonran cuando no llevan detrás un corazón limpio y entero. Las palabras están de más, cuando no fundan, cuando no esclarecen, cuando no atraen, cuando no añaden.
La filosofía epicúrea, ese lecho estrecho pero limpio