Si te vuelves negligente estás perdido.
Porque no saber nada no es nada, no querer saber nada tampoco, pero lo que es no poder saber nada, saber que no se puede saber nada, este es el estado de la perfecta paz en el alma del negligente pesquisidor.
No pongáis vuestro afecto en la soberanía mortal y no os regocijéis con ella. Sois como el pájaro incauto que con plena confianza canta sobre la rama, hasta que de repente, la muerte cazadora lo derriba al polvo, y la melodía, la forma y el color desaparecen sin dejar rastro. Por tanto, tened cuidado, ¡Oh esclavos del deseo!
Decían que la atención de un vigilante disminuía cuando estaba demasiado tiempo de servicio en el mismo lugar; su percepción de los sucesos del entorno se embotaba: se volvía perezoso, descuidado y, por lo tanto, inservible para sus tareas...
A los hombres les va bien un aspecto descuidado
Es preocupante que este Gobierno diga que la Transición no vale y que hay que hacer otra. Es un error de gente joven imprudente e ignorante creer que cada veinte años se pude andar rehaciendo las estructuras básicas de España.
Muy bueno y muy justo es que los hombres amen a sus mujeres y que les den gusto en todo cuanto no se oponga a la razón; pero no que las contemplen tanto que, por no disgustarlas, atropellen con la justicia, exponiéndose ellos y exponiendo a sus hijos a recoger los frutos de su imprudente cariño.
Creen que cualquier trozo de poder confiado en mí, será ejercido en oposición a sus confabulaciones. Y creen bien; porque he jurado sobre el altar de Dios hostilidad eterna contra cada forma de tiranía sobre la mente del hombre. Pero esto es todo lo que tienen que temer de mí: y esto basta, también, en su opinión
El primer boceto que realicé me dejó admirado. ¡Era realmente bueno! Desde entonces trabajaba confiado y satisfecho. Había desaparecido la duda interior, el conflicto que tanto me atormentaba en Europa. Pintaba con la misma naturalidad con que respiraba, hablaba o sudaba.