El Dios del Antiguo Testamento es, sin duda el personaje más desagradable en toda ficción: celoso y orgulloso de ello, un mezquino, injusto, un controlador implacable, un vengativo limpiador étnico sediento de sangre, un misógino, homófobo, racista, infanticida, genocida, filicida, pestilente, megalómano, sadomasoquista, matón caprichosamente malévolo.
El remordimiento no es, pues, sino una desagradable reminicencia resultado de las leyes y de las costumbres aceptadas, pero nunca dependiente de la clase de delito.
Evaluar y prepararse a celebrar lo que se puede conseguir antes de hacerlo es un ejercicio estéril, antipático e innecesario que nunca presagia cosas buenas. Lo ideal es estar llenos de expectativas e ilusión, pero no evaluar lo que haría si, sino hacerlo después.
Seré un genio, y el mundo me admirará. Quizá seré despreciado e incomprendido, pero seré un genio, un gran genio, porque estoy seguro de ello.
El mayor infortunio del hombre de letras no es quizá el hecho de ser víctima de las intrigas y la envidia de sus colegas y el verse despreciado por lo hombres poderosos, sino el verse juzgado por los necios.
Venturoso premio de la virtud es ser aborrecido de los viciosos.
Pero ha pasado el tiempo y la verdad desagradable asoma: envejecer, morir, es el único argumento de la obra.
La música es el más caro y más desagradable de los ruidos
Evaluar y prepararse a celebrar lo que se puede conseguir antes de hacerlo es un ejercicio estéril, antipático e innecesario que nunca presagia cosas buenas. Lo ideal es estar llenos de expectativas e ilusión, pero no evaluar lo que haría si, sino hacerlo después.
No me atemorizan ni los gritos sediciosos, ni las amenazas. Desprecio hoy la muerte como la he despreciado en los campos de batalla. No puedo ni debo seguir esta discución iniciada en la forma que ha tomado. Si queréis discutir seriamente la situación del país, y buscar el remedio que conviene adoptar, designad a algunos individuos respetables con quienes pueda seguir tratando tan graves asuntos
¡Qué bello! El despreciado cuervo común esta mañana nevada.
Venturoso premio de la virtud es ser aborrecido de los viciosos.