Dadme dos líneas escritas de su puño y letra por el hombre más honrado y encontraré en ellas motivo suficiente para hacerlo encarcelar.
La política exterior tiene sus dogmas, como la religión; se llaman poder, expansión territorial y prestigio. Pero igual que los devotos de verdad no son los que siguen al pie de la letra las escrituras, no se encontrará a los mejores patriotas entre los políticos.