Hay que aceptar la idea de que la realización de una película es un misterio; mucha inteligencia, energías, gusto no hacen necesariamente un buen film si la mezcla de los elementos no es armoniosa.
Sólo el pedante pomposo puede concebir la idea de que existen normas absolutas para decir lo que es bello y qué no lo es.
Hay que aceptar la idea de que la realización de una película es un misterio; mucha inteligencia, energías, gusto no hacen necesariamente un buen film si la mezcla de los elementos no es armoniosa.
Sólo el pedante pomposo puede concebir la idea de que existen normas absolutas para decir lo que es bello y qué no lo es.