La realidad es impensable sin un sujeto que experimente, sin un yo. Es el producto del mundo exterior, del emisor y de un receptor, de un en cuya mismidad más íntima se vuelven conscientes las irradiaciones del mundo exterior registrad por las antenas de los órganos sensoriales. Si falta uno de los polos no se concreta ninguna realidad no resuena música de radio, la pantalla queda vacía.
...El oyente debe tener la impresión de que se le está contando lo que está ocurriendo en el mundo, y no que alguien está haciendo las veces de lector de noticias. A lo cual hay que sumarle el estilo muy particular que de por si brota del emisor de la información
El orador que desee conmover a una muchedumbre debe emplear afirmaciones violentas, expresadas en términos abusivos. Su método consiste en exagerar, repetir, eludir toda tentativa por presentar pruebas razonables
Un buen orador debe tener algo de escritor, no ha de tomarse la verdad con precisión matemática.