El hada un golpe en el suelo con una varita y transportó a cuantos estaban en la sala al reino del príncipe. Sus súbditos lo recibieron con júbilo, y a poco se celebraron sus bodas con la Bella, quien vivió junto a él muy largos años en una felicidad perfecta, pues estaba fundada en la virtud.
Quien escribe gusta del halago, pero el 'escritor' en cambio, ha de aprender a gozar con el arrecio, con el golpe de martillo sobre el yunque de su obra. Sólo así podrá forjar aiestos.
¡Estábamos bien! Unidos: mi madre, mis hermanos, mi padre... me pegaba pero... él mandaba. Era un hombre fuerte, alto, sólido, guerrero. Pero debo decir que años después cuando estaba en Nueva York, habría preferido un bofetón de mi padre a esa soledad
Por decir lo que pienso, sin pensar lo que digo mas de un beso me dieron y mas de un bofetón
Un aire de caricias ondula la marea castaña de tu pelo con luz que balbucea.
Desde el punto de vista intelectual, el nacionalismo no tiene ni media torta es un pensamiento desvertebrado, lleno de costuras y con supuestos absolutamente cochambrosos