Si entre no haber sido y ser hubiera el hombre podido elegir, claro es que hubiera escogido el no escoger.
Cuando hayas alcanzado tu propia habitación, sé amable con los que han escogido puertas distintas y con aquéllos que aún están en el pasillo. Si están equivocados, necesitan tus oraciones; y si son tus enemigos, estás bajo órdenes para rezar por ellos. Es una de las normas comunes a toda la casa