Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño
Hay aquí dos hechos importantes: primero, que el ser humano nunca está satisfecho, excepto de una forma relativa o como si fuese sólo el peldaño de una escalera, y segundo, esas necesidades parecen ordenarse en una especia de jerarquía de predominio.
Para una persona no instruida en historia natural, pasear por su país o junto al mar es un paseo por una galería llena de maravillosas obras de arte, nueve décimas partes de las cuales están vueltas hacia la pared
Cuando penetramos en el cuento de hadas, avanzamos por una galería compuesta íntegramente por espejos con cristales cóncavos y convexos en una mezcla grandiosa y falaz. Un espejo me muestra tan delgado como un alfiler, el siguiente me devuelve una imagen de obesidad aplastada. En el tercero, aparezco dividido por la mitad y ya no soy una persona, sino dos o tres o diez.