El fenómeno, admitido por todos, es éste: Que gran parte de lo que generalmente se recibe como verdad cristiana se halla, en sus rudimentos o en sus partes separadas, en filosofías y religiones paganas.
Echábamos hasta cien y más partidas en una tarde, y ello me ayudó a aprender al dedillo los rudimentos de la técnica del juego. La estrategia que empleábamos era aún muy primitiva: ambos contendientes nos arrojábamos inmediatamente con los peones adelante, al asalto de las posiciones enemigas, previo enroque de los reyes en diferentes lados.
La metafísica no es una discusión estéril sobre nociones abstractas que escapan a la experiencia, es un esfuerzo vivo por comprender desde adentro la condición humana en su totalidad.
No me resulta posible imaginar la existencia de algo, fuera de esas dos nociones que todo lo dominan: espacio y materia.