La verdad es que el arte de escribir es la cosa más milagrosa de cuantas el hombre ha imaginado.
Las novelas son como sueños diurnos que el escritor sueña con los ojos abiertos. Son imágenes, o frases, o conceptos, que de repente se encienden dentro de tu cabeza, sin que sepas por qué, y que te obligan a escribir sobre ello.