Un hombre desenfrenado no puede inspirar afecto; es insociable y cierra la puerta a la amistad
El hombre desenfrenado no puede inspirar afecto; es insociable y cierra la puerta a la amistad.
Es nuestro deseo siempre peregrino en las cosas de esta vida, y así con vana solicitud anda de unas en otras sin saber hallar patria ni descanso
Fui peregrino sobre la mar, y en todas partes pecando un poco, dejé mi vida como un cantar.