La tierra es un bien irremplazable, un fluido feliz, un toque absorto. Como una tentación sin precedentes hecha a la vez de ardor y de renuncia. Una inmersión gustosa, un filtro lento.
Bajo la madreselva que en la reja filtró su encaje de verdor maduro, me perturbaba en el claroscuro de la ilusión, en la glorieta añeja...Cristalizaba un pájaro su queja...