Alejandro Magno increpaba a un pirata que había capturado echándole en cara su profesión. Soy pirata se oyó responder porque no tengo más que un barco. Si tuviera una flota, sería un conquistador. Alejandro le dejó en libertad.
Mientras haya un pirata enfrente como EE.UU, violando el derecho internacional y apretando a una pequeña nación llamada Cuba, el comandante Fidel y yo, en la misma trinchera, disparamos contra él