Tras tolerar todo lo que debe tolerar el historiador y lo que se le permite al cristiano, tenemos que clasificar la Inquisición, junto con las guerras y persecuciones de nuestro tiempo, entre las manchas más negras en la historia de la humanidad, la manifestación de una ferocidad desconocida hasta en las bestias
Algunos seres humanos se aferran con ferocidad a la vida, la abandonan, como decía Rousseau, de mala gana.