¿Por qué nos lamentamos a causa del pecado original? No fue por su culpa que se nos ha expulsado del paraíso terrenal, sino por causa del árbol de la vida con el objeto de que no comiésemos sus frutos
Yo fui expulsado del colegio por copiar en el examen de metafísica; miré en el alma del muchacho que se sentaba al lado de mí.
Con esa tristeza del desterrado que es desterrado de su destierro.
Nuestros paladines de la pequeña burguesía quieren precisamente que se conserve la sujeción del campesino a la tierra, pero rechazan el régimen de la servidumbre, el único que garantizaba esta sujeción y fue desterrado sólo por la economía mercantil y por el capitalismo que la hicieron imposible.
Dos pecados capitales existen en el hombre, de los cuales se engendran todos los demás: impaciencia e indolencia. Fue a causa de la impaciencia que lo han expulsado del paraíso, al que no puede volver por culpa de la indolencia. Aunque quizá no existe más que un sólo pecado capital: la impaciencia. La impaciencia hizo que lo expulsaran, es con motivo de la impaciencia que no regresa
Porque el amor y la muerte son las alas de mi vida, que es como un ángel expulsado perpetuamente.
Con esa tristeza del desterrado que es desterrado de su destierro.
Como un ángel desterrado vine del cielo a la tierra