Pequeñas mesitas laqueadas de rojo ponían al alcance de la mano chucherías de bronce. El aire aromatizaba simultáneamente a sándalo, a jazmín, a incienso y azahar. Piter se sentía embriagado de una esencia misteriosa más sutil, que parecía flotar permanentemente bajo el volumen de los olores inmediatos.
Velo desgastado libre cielo y brevemente nocturno en el ojo con párpado embriagado miente el vaso roto para siempre en tu mano libertad.