Cuando los pedidos se originan en muchos, y el origen es el afecto, es muy difícil razonar con criterio: uno se somete a las reglas del corazón y termina aceptando lo que lógicamente te parece injusto o desmedido.
Toda la estructura de la biología ortodoxa aún sostiene que la vida se produjo gracias al azar. No obstante, a medida que los bioquímicos profundizan en sus descubrimientos acerca de la tremenda complejidad de la vida, resulta evidente que las posibilidades de un origen accidental son tan pequeñas que deben descartarse por completo. La vida no puede haberse producido por casualidad