La política no es la ciencia de las formas, aunque sea esto en mucho; sino el arte de fundir en actividad pacífica los elementos, heterogéneos u hostiles, de la nación; y lo primero es conocer al dedillo a estos elementos, para no intentar nada que haya de chocar contra ellos, e irles acomodando gradualmente aquellas novedades foráneas que fuesen de posible y útil acomodo.
Estudiado en conjunto, el arroyo se desvía a un lado y a otro como las gotas que lo componen. Su masa, contenida por una piedra o un tronco de árbol que obstruye su lecho, se desvía un poco y va a chocar contra una orilla.