Toda la estructura de la biología ortodoxa aún sostiene que la vida se produjo gracias al azar. No obstante, a medida que los bioquímicos profundizan en sus descubrimientos acerca de la tremenda complejidad de la vida, resulta evidente que las posibilidades de un origen accidental son tan pequeñas que deben descartarse por completo. La vida no puede haberse producido por casualidad
Ninguna actividad humana guarda una relación más universal y constante con el azar como la guerra. El azar, juntamente con lo accidental y la buena suerte, desempeña un gran papel en la guerra.
El ser humano que quiere alcanzar la perfección debe mantener la serenidad y la calma, sin permitir que una pasión o un deseo circunstancial se entrometa en su espíritu.
Contra la idea de nuestro siglo, la idea de la relativo, circunstancial y aleatorio, que va de James Joyce a Albert Einstein, aflora hoy un medievalismo de valores absolutos -como si hubiera de eso-, incontaminados, perfectos.
La vida es una ininterrumpida e intermitente sucesión de problemas que sólo se agotan con la muerte.
Y así he vuelto. Debí permanecer largo tiempo insensible sobre la máquina. La sucesión intermitente de los días y las noches se reanudó, el sol salió dorado de nuevo, el cielo volvió a ser azul. Respiré con mayor facilidad.
La música se convierte nuevamente en mi prioridad después de cuatro años de estar lejos de los escenarios. Vuelvo a prepararme. Voy a preparar un proyecto muy especial para el próximo año.
Cuando nacen las sociedades, los jefes de un Estado son los que dan a éste su carácter especial. Después, este carácter especial es el que forma a los jefes de Estado.