Creemos que es un error común de este tiempo, lo mismo que de tiempos anteriores, el aceptar ciertas doctrinas porque las adoptaron otros en quienes tenemos confianza. Los que se hallan en busca de la verdad deben por completo vaciar de sus vasos las aguas turbias de la tradición para llenarlos en la fuente de la verdad: la Palabra de Dios
Si un hombre puede vaciar su billetera en su cabeza, nadie le podrá robar nada. La inversión en conocimiento paga los mejores intereses
Sólo quien no excluya nada de su existencia, ni lo que sea enigmático y misterioso, logrará sentir hondamente sus relaciones con otro ser como algo vivo, y sólo él estará en condiciones de apurar por sí mismo su propia vida.
Y pensar que pudimos enlazar nuestras manos y apurar en un beso la comunión de fértiles veranos...
A pesar de que es malo; peor es silenciarlo, pues todas las verdades silenciadas acaban por destilar veneno.
Si los veintitantos que esta vez han conseguido escabullirse sienten en los próximos tiempos el acoso no solo del GAL, sino también de la Gendarmería, va a ser muy difícil seguir planeando atentados al otro lado de la frontera. Por fin los hechos demuestran que hay alternativas eficaces a la frustrante exhortación a la paciencia que era endémica en nuestra clase política. 15 de enero de 1984
El público, la mayoría de las veces, perdona los errores, pero no va a perdonar el tratar de escabullirse de uno
Si tuviera que escapar a algún lugar y esconderme del mundo para pasar el resto de mi vida, Asturias sería la elección perfecta por su climatología y porque la gente es muy amable
Conviene pues cultivar la fantasía, y esto no sólo en los campos del arte, de la ciencia y de la técnica, sino también en la política, dominada por ideologías escleróticas. Para renovar nuestras sociedades necesitamos políticos con la imaginación de Borges o de un Einstein. No para escapar de los atroces problemas de la sociedad moderna, sino para abordarlos con tanta imaginación como información.
Nadie me puso alas, pero aprendí a volar, no detuve vuestras balas, pero aprendí a esquivar
Parece que a este nuestro pueblo, al igual del personaje de Poe, lo ha invadido la irremediable cobardía de no abrir los ojos, no tanto por esquivar la visión de horribles cosas cuanto por el fundado temor de no ver nada.
El público, la mayoría de las veces, perdona los errores, pero no va a perdonar el tratar de escabullirse de uno
Si los veintitantos que esta vez han conseguido escabullirse sienten en los próximos tiempos el acoso no solo del GAL, sino también de la Gendarmería, va a ser muy difícil seguir planeando atentados al otro lado de la frontera. Por fin los hechos demuestran que hay alternativas eficaces a la frustrante exhortación a la paciencia que era endémica en nuestra clase política. 15 de enero de 1984