Un hombre no está bien hasta que sea feliz, sano, y próspero; y la felicidad, la salud, y la prosperidad son el resultado de un ajuste armonioso del interior con el exterior del hombre.
Las personas varían en su capacidad y fortaleza, físicas y mentales, para hacer cosas. Por lo tanto, cada uno ha de tener el ideal que se ajuste mejor a su temperamento y capacidad y tratar de lograrlo con una acción entusiástica y dinámica.