El reloj del comunismo ha dejado de funcionar. Sin embargo, su construcción concreta aún no ha llegado a caer. Por esa razón, en lugar de liberarnos a nosotros mismos, debemos tratar de salvarnos de ser aplastados por sus escombros
Usted ama se transfigura y ama por una eternidad tan provisoria que hasta el orgullo se le vuelve tierno y el corazón profético se convierte en escombros