Casi todo político tiene tanta necesidad, en determinadas circunstancias, de un hombre honesto, que, cual si fuera un lobo hambriento, irrumpe en el redil; mas no para devorar el cordero robado, sino para ocultarse tras su lanoso lomo
¡Cuánta emoción puede ocultarse debajo de un paraguas! Acompañe a Dorotea al cine, bajo un enorme aguacero.