Somos el puente hacia el infinito, arqueado sobre el mar, buscando aventuras para nuestro placer, viviendo misterios, eligiendo desastres, triunfos, desafíos, apuestas imposibles, sometiéndonos a prueba una y otra vez aprendiendo el amor.
Las imágenes más bellas son absurdas en un espejo cóncavo
Galatea lo diga, salteada. Más agradable, menos zahareña, al mancebo levanta venturoso, dulce ya concediéndole y risueña paces no al sueño, treguas sí al reposo, lo cóncavo hacia de una peña a un fresco sitial dosel umbroso, y verdes celosías unas hiedras, trepando troncos y abrazando piedras.
¿Por qué he de ocultaros que el juego no es su único vicio? Parece que se ha inclinado por todos los placeres viciosos.
Cada día me siento más inclinado a admitir que hay en la música algo de extraño. Una afirmación de máxima energía. No diré abstracta sino más bien sin objeto, energía pura, en la claridad del éter.