Todos quieren subir la escalera hacia el éxito y algunos no se dan cuenta de los dos primeros pasos. Lo que quieren es correr.
Perder, como de costumbre. He de admitir que no tengo suerte: juego sin subir las apuestas, nunca me acaloro, no hay modo de sacarme de quicio, ¡Y de todos modos sigo perdiendo!