Los otrora felices ejércitos turquesa se aprestan a situarse frente a frente, mas se preguntan el por qué de esta batalla. Pero todos son atrevidos como el amor.
Las instituciones de la república hoy avasalladas por este régimen kirchnerista encabezado por la presidenta Cristina y sus secuaces, que, medrando con la sangre de los otrora mal llamados jóvenes idealistas, continúan hundiendo a la patria en el abismo anacrónico del marxismo
El hombre de antaño no se parecía al de hoy. Nunca hubiese aquél formado parte de este rebaño que las democracias plutocráticas, marxistas o racistas alimentan para la fábrica y el osario.
Todos trabajamos por tres cosas: la fama, el oro y el placer. Tengo fama, no necesito oro, y los placeres de antaño me aburren...