En el combate individual, muéstrate primero relajado, y después entra de repente a la carga con fuerza; cuando la mente del contrincante cambie de táctica, es esencial que sigas atentamente lo que hace, no dándole respiro un solo momento, percibiendo la ventaja del momento y juzgando exactamente entonces como ganar.
Si se plantea la opción entre que no te quiera nadie o bien ser vulnerable, sensible y emocional, entonces quedaos vuestro amor.