Me hago la autopsia a mí mismo. Sin piedad. Me tumbo en la mesa del quirófano y examino todos mis sentimientos y mis recuerdos con la esperanza de que la culpa sea también mía, de que me haya equivocado, de que no haya amado a Anna, de que no la haya amado lo suficiente, de que no haya sido lo bastante hábil o astuto...Porque quizá necesitemos también astucia para el amor.
De todas las reacciones posibles ante una injuria, la más hábil y económica es el silencio.
Se sintió orgulloso y feliz entonces: feliz de estar con ella, orgulloso de su gracia y su porte señorial. Pero ahora, después de reavivar tantos recuerdos, el primer contacto con su cuerpo, armonioso y extraño y perfumado, produjo en él un agudo latido de lujuria.
El entendimiento agudo y sin grandeza, lo pincha todo, pero nada mueve.
Y era como si a su obra le faltase el fervor de esa alegría ágil que, como ninguna otra cualidad, produce el encanto del público.
La ágil caricia de tus sedas era como una primavera perfumada...
Me parece muy gracioso que cada vez que el diablo anda suelto por aquí, siempre viene de ese lugar donde estás echado. Y siempre eres tú quien lo ocupa.
Estoy desencantada de los chicos. He tenido varios exnovios que se quejan porque escribo de ellos o por lo que hablo de ellos a los medios... Pienso que es algo gracioso que te llamen tus ex enamorados. ¿Lo hacen porque siempre quieren tener la última palabra?, eso es muy gracioso