La cosa más importante a la hora de generar suspenso es lograr la identificación con un personaje. Hay que tomarse el tiempo necesario y hacer que el lector se preocupe por los personajes de la historia.
De por sí toda obra de arte busca la identidad consigo misma, esa identidad que en la realidad empírica, al ser el producto violento de una identificación impuesta por el sujeto, no se llega a conseguir. La identidad estética viene en auxilio de lo no idéntico, de lo oprimido en la realidad por nuestra presión identificadora.