Siempre he querido para ti lo que has querido para ti mismo. Y aún así quería salvarnos contra viento y marea. Y seguí ignorando la ambivalencia que sentías. Y mientras tanto me perdí a mi misma... Mientras tanto me perdí a mi misma... Lo siento me perdí a mí misma...lo siento. (That Particular Time - 2002).
Me atrevo a afirmar que no hay erotismo autentico sin el arte de la ambigüedad; cuando la ambigüedad es poderosa, más viva es la excitación.
La incapacidad para tolerar la ambigüedad es la raíz de todas las neurosis
El mundo en que vivimos puede ser entendido como resultado de la confusión y el accidente; pero, si es resultado de un propósito deliberado, el propósito tiene que haber sido el de un demonio. Por mi parte, encuentro el accidente una hipótesis menos penosa y más verosímil
Brindo por la confusión de nuestros enemigos
Estoy colmado de imprecisos deseos, de una vaguedad que es como neblina, y adentrándose en todo mi ser, lo torna casi aéreo, impersonal y alado.
Un trasiego de tópicos, de alegre trapicheo con palabras vacías de sentido, de chatarra retórica sin hueso argumental ha acabado por vetar los debates sobre los problemas de los ciudadanos, los de ahora y los que han de llegar. Esa vaguedad no guarda ninguna relación con la inevitable abstracción de los principios, de los ideales.
Estoy colmado de imprecisos deseos, de una vaguedad que es como neblina, y adentrándose en todo mi ser, lo torna casi aéreo, impersonal y alado.
Todo el mundo nace con algún talento especial y Eliza Sommers descubrió temprano que ella tenía dos: buen olfato y buena memoria. El primero le sirvió para ganarse la vida y el segundo para recordarla, si no con precisión, al menos con poética vaguedad de astrólogo.