En economía resulta un error, tan generalizado como evidente, suponer que, en un momento determinado y en un mercado dado, todas las mercancías guardan una definida relación de intercambio recíproco, en otras palabras, que pueden ser mutuamente intercambiadas a voluntad en cantidades definidas.
Después de una larga reflexión en soledad y meditación, de repente tuve la idea, durante el año 1923, que el descubrimiento hecho por Einstein en 1905 debe ser generalizado ampliándolo a todas las partículas materiales y en especial a los electrones