Odio la violencia, sí lo hago. Es por un dilema ¿no?
La obra creativa es una suerte de lucha para mantener la existencia, o bien perpetuarse; es negar el sentido de la muerte. A veces pienso que está bien que la muerte sea una de las leyes de la naturaleza. Y, con todo, es a esta luz donde el ser humano se siente pequeño y humillado. Este es un dilema respecto al que nada puede hacerse. Uno no puede ni siquiera luchar para eliminarlo.
La encrucijada de Europa es esa: o unión e integración, o desunión y desintegración. Espero que los sacrificios valgan la pena
Estamos, pues, ante una encrucijada sin salidas fáciles, porque el suelo en el que una nación florece y el tejido en el que su alma se expresa están deshechos.
Me vi obligado a pedir dinero prestado una y otra vez o a aceptar como alternativa el riesgo de morirme de hambre.
No está de más preguntarnos, tanto individual como colectivamente, si en estas condiciones difíciles, podemos seguir siendo -como individuos y como sociedad- un poco lo que éramos y quisimos ser, o si no tendremos otra alternativa que la de convertirnos en algo que no fue lo que realmente quisimos ser y que no sabemos con certeza ahora, si es realmente lo que queremos ser
Las puertas de vuestra prisión están abiertas. Mi padre y sus criados se han ausentado, pero pueden regresar pronto. ¡Poneos a salvo y que los ángeles del cielo os guíen! ¡Sin duda vos sois uno de esos ángeles!
¡Marinos y soldados de la República! ¿Veis esa gran montaña flotante? ¡Son 31 buques enemigos! Mas no creáis que vuestro General abriga el menor recelo, pues que no duda de vuestro valor y espera que imitaréis a la 25 de Mayo que será echada a pique antes que rendida