Nuestros enemigos (refiriéndose a los terroristas) son innovadores e ingeniosos, y nosotros también. Nunca dejan de pensar en nuevos métodos para perjudicar a nuestro país y a nuestro pueblo, ni nosotros tampoco.
Hace tiempo aprendí que no puedo en mi sano juício perjudicar a uno u otro si considero sobre nuestra disputa que el es el único culpable.
El objeto de la guerra no es aniquilar a los que la han provocado, sino hacerles que se enmienden; no destruir a los inocentes y a los culpables por igual, sino salvar a ambos.
Los enemigos de la Patria, por consiguiente nuestros, están todos muy acordes en estas ideas; destruir la nacionalidad aunque para ello sea preciso aniquilar a la Nación entera.
El poder político genuino depende de su capacidad para expulsar o exterminar cualquier alianza previsible de individuos o grupos insumisos.
Corre por el mundo una conjura general y permanente contra dos cosas, a saber, la poesía y la libertad. La gente de buen gusto se encarga de exterminar a la primera, y la gente de orden de perseguir a la segunda.
Cada persona que vence en cualquier empresa debe estar dispuesta a quemar sus naves y eliminar todas las posibilidades de dar marcha atrás. Sólo así puede tener la seguridad de mantener ese estado mental conocido como deseo ardiente de ganar, esencial para el éxito.
No se trata sólo de eliminar la moneda física. Es todo el sistema en sí. Vamos a asegurarnos de que esto quede absolutamente claro. Cuando hablo de dinero me refiero a la estructura monetaria y su entidad holística
Tu peor enemigo no te puede dañar tanto como tus propios pensamientos. Ni tu padre, ni tu madre, ni tu amigo más querido, te pueden ayudar tanto como tu propia mente disciplinada
La crítica a menudo no es una ciencia, es un arte que requiere la salud más bien que el ingenio, trabajar más duro que el talento, más que hábito genio nativo. En las manos de un hombre que ha leído mucho, pero carece de juicio, se aplica a ciertos temas que pueden dañar tanto a sus lectores y el propio escritor.
Cuando veo a alguien que persigue su sueño y lo consigue, y que hace lo que quiere sin necesidad de dar explicaciones, y sin perjudicar a nadie, claro está, me parece genial.
Se debe temer sólo aquello que puede perjudicar a otro; lo demás, no, que no da miedo
... sin aniquilar la organización económica basada en el intercambio es imposible poner fin a las colisiones internacionales,...
Hasta donde hemos perdido la creencia, hemos perdido la razón. Ambos tienen la misma condición autoritaria y primaria. Ambas constituyen métodos de prueba que, a su vez, no admiten ser probados. Y en el acto de aniquilar la idea de la autoridad divina, damos al traste con aquella autoridad humana de que no podemos dispensarnos ni aún para decir que dos y dos son cuatro.
El poder político genuino depende de su capacidad para expulsar o exterminar cualquier alianza previsible de individuos o grupos insumisos.
Es necesario exterminar sin piedad a los instigadores de este linaje (refiriéndose al Marxismo).