Qué desamparado se siente uno cuando tiene una taza llena de café en la mano y comienza a estornudar.
El pobre todavía anda desamparado por el mundo. Busca la justicia, vota a las izquierdas, a las derechas, y no sabe dónde ponerse. En definitiva, vota a los políticos y en los políticos ya no se puede creer. Y eso revuelve las tripas de los pobres.
...cuanto más sabe uno, tanto más vulnerable es...
Para mí, es más difícil ser vulnerable que ser dura
En su sentido bíblico, la tentación no significa someter a prueba nuestras fuerzas, sino la pérdida de todas nuestras fuerzas, nuestra inerme entrega a Satanás.
Puedes romper con tus padres, con tus maridos, pero no puedes romper con tus cachorros, y eso te deja inerme entre sus manos, y causa cierta molesta irritación
Los superhéroes son importantes para la gente corriente. Siempre hemos necesitado esas figuras, desde los tiempos de la 'La Ilíada' y 'La Odisea' hasta hoy en día.
A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho.
La necesidad, al menesteroso le obliga al ser mentiroso.
Es preciso fijar perspectivas en las que el mundo aparezca trastrocado, enajenado, mostrando sus grietas y desgarros, menesteroso y deforme en el grado en que aparece bajo la luz mesiánica. Situarse en tales perspectivas sin arbitrariedad ni violencia, desde el contacto con los objetos, sólo le es dado al pensamiento.
Ningún pesimista ha descubierto nunca el secreto de las estrellas, o navegado hacia una tierra sin descubrir, o abierto una nueva esperanza en el corazón humano.
Ya no se define la identidad humana por lo que uno hace, sino por lo que uno posee. Pero hemos descubierto que el poseer cosas y el consumir cosas no satisface nuestro anhelo por significado. Hemos aprendido que la acumulación de bienes materiales no puede llenar el vacío de vidas que carecen de confianza o propósito.
Uno siempre necesita de alguien. No hay nada peor que sentirse despreciado o ignorado. La vida en pareja... es algo indispensable para vivir
Nadie puede jactarse de no haber sido despreciado alguna vez.