Siempre describo el hippismo como un brote afectivo en la racionalidad sajona. Ese brote estaba reprimido y generó esa especie fantástica de creatividad y de circo
La atracción del virtuoso para el público es muy parecido al del circo para el público. Siempre existe la esperanza de que algo peligroso pueda suceder.
Hace falta, por supuesto, un mínimo control; pero también un mínimo descontrol
Tú tienes el control sobre tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no demostrar tu molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después arrepentirte de una acción cometida en un momento de descontrol