Hay muchas razones para ser considerado subversivo, hay un desorden en el mundo... Lo que hoy se conoce como políticos, cardenal, papa, prensa e ideólogos no son otra cosa más que los mayordomos de la clase dominante.
Si se cree que el gobierno es necesario y que sin gobierno tiene que haber desorden y confusión, es natural y lógico suponer que la anarquía, que significa la ausencia de gobierno, tiene también que significar la ausencia del orden.
Las tres cuartas partes de los delitos que son juzgados por los tribunales cada año tienen su origen, o directa o indirectamente, en la desorganización actual de la sociedad, en lo que se refiere a la producción y distribución de la riqueza, y no en la perversidad de la naturaleza humana.
El Poeta se hace vidente por medio de un largo, inmenso y razonado desarreglo de todos los sentidos.
Tú tienes el control sobre tus emociones, no lo pierdas. No se trata de no demostrar tu molestia, sino de hacerlo mesuradamente, sin después arrepentirte de una acción cometida en un momento de descontrol
Hace falta, por supuesto, un mínimo control; pero también un mínimo descontrol
En Argentina, lo que le pasa al equipo incide mucho en la vida del hincha, ¿entendés? Si el cuadro gana, el hincha se euforiza en su vida personal, particular. Si el equipo pierde, se deprime proporcionalmente, afectando todas sus actividades. Entonces, eso hace que perder o ganar sea muy importante y esa presión se acumula finalmente encima del entrenador. Cuando vivís presionado por esa vorágine resulta que vos, como técnico, terminas pagándolo con algún desequilibrio en tu vida personal.
El verdadero y más grave peligro en este momento está en el desequilibrio ente posibilidades técnicas y energía moral.
El abandono en Dios es un don y al mismo tiempo, la mayor manifestación de la libertad del hombre.
Quiero gloria y por ella abandono hoy mi patria, mañana mi felicidad, un día la vida. Quiero que digan: En esa isla nació un hombre que amó la verdad, que anhelaba la justicia, que buscaba la ventura de los hombres.
Nunca me comprendía porque me gustaban demasiadas cosas y me confundo y desconcierto corriendo detrás de una estrella fugaz tras otra hasta que me hundo