Aconsejar a otros, y desatender su propia seguridad, es insensato.
Vamos a hacer limpieza general o, mejor todavía, una mudanza que nos permita abandonar las cosas sin tocarlas siquiera, sin mancharnos, dejándolas donde han estado siempre; vamos a irnos nosotros, vida mía, para empezar a acumular de nuevo. O vamos a prenderle fuego a todo y a quedarnos en paz, con esa imagen de las brasas del mundo ante los ojos y con el corazón deshabitado.
Precisamos no sólo reconstruir nuestro país, sino también reinventarlo. Reinventar nuestro país no significa abandonar lo que tiene de bueno y de eterno. Significa mejorar lo que está bien y hacer lo que nunca fue hecho
Con el misterioso límite entre la vida y la muerte a sus pies, un samurái no podía dejar de pensar en lo que significaba vivir como un guerrero. Todos permanecían en actitud reverente, las manos unidas en una plegaria.
Fue muy, muy difícil dejar la universidad por la música, porque mis padres obviamente no querían que la dejara. Mi padre se puso furioso conmigo, totalmente furioso. Estoy seguro de que no se habría vuelto tan loco si me hubiera enrolado como voluntario en el ejército. Cualquier cosa menos esto.