desprenderse de una realidad no es nada; lo heroico es desprenderse de un sueño
Trabajo en torno a la descripción y me desentiendo de todo intento que haga el soñante para desprenderse de él.
Ya vienen, Taranta Babú, los que han sido enviados a morir y matar, y el día en que regresen sus cruces de hojalata prendidas sobre sus ensangrentados vendajes en la grande y justa Roma subirán las acciones y las obligaciones y detrás de los que se fueron nuestros nuevos amos vendrán a despojar a nuestros muertos...
Es más fácil apoderarse del comandante en jefe de un ejército que despojar a un miserable de su libertad.
Recuerdo que el amor era una blanda furia no expresable en palabras. Y mismamente recuerdo que el amor era una fiera lentísima: mordía con sus colmillos de azúcar y endulzaba el muñón al desprender el brazo. Eso sí lo recuerdo.
Un hombre no es un hacha. No es una condenada herramienta que corta, tala y destroza todo el día. Las cosas le llegan. Hay cosas que no puede desprender porque las lleva dentro.