Como Antístenes, filósofo cínico, tuviese la capa rota y la anduviese enseñando a todos, díjole Sócrates: Por la hendidura de tu capa conozco tu vanidad. Quiso dar a entender que peor era aquella presunción que tenía enseñando su capa rota, que si trajera una vestidura más rica.
La confesión de los pequeños defectos es frecuentemente un deseo de dar a entender que no tenemos otros mayores
La belleza debe apelar a los sentidos, nos debe proporcionar un goce inmediato, nos debe impresionar e insinuar sin ningún esfuerzo de nuestra parte.
Tenemos que buscar un sistema que sea mejor que la disuasión nuclear para impedir la guerra. Pero sería una pretensión peligrosa insinuar que dicho sistema esté actualmente al alcance de Oriente y Occidente