Es indigno que hombres notables pierdan su tiempo como esclavos del cálculo cuando podrían dejar ese trabajo en manos de cualquiera si se usaran las máquinas.
El tiempo vuela a veces como un pájaro, y a veces se arrastra como un caracol. Pero la mayor felicidad del hombre sobreviene cuando no se advierte si su paso es raudo o moroso.