El carácter más apropiado para educar humana y cristianamente a los niños y jóvenes es el que reúne la jovialidad, la afabilidad y la constancia que sólo se hallan en un corazón humilde y bondadoso
No es necesario participar forzosamente en el gobierno. Limítate a cultivar la piedad filial y sé bondadoso con tus hermanos y ya estarás contribuyendo a la organización política.