La soledad es como un suplicio ingenioso de la naturaleza que hace que nos encontremos con nosotros mismos para poder valorar a los demás...
Presidente – le gritaba el marqués desternillándose de risa -, sin duda esto es un designio de la providencia, es el talión, amigo mío, la ley del talión, la ley predilecta de vuestros tribunales, ¿por qué os quejáis de estar colgado así? ¿acaso no condenasteis a menudo al mismo suplicio a quienes no se lo merecian tanto como vos?
Sin la subestimación de las dificultades de nuestra situación, la tragedia de los desempleados, la carga penosa de los impuestos, la lucha ardua y dolorosa de ésos empleados en comercios e industrias, de todos modos estamos libres de ese miedo. Ese miedo que las cosas van a ser peores. Debemos nuestra libertad de ese miedo al hecho de que hemos compensado nuestros sueños y realidades.
Pueden parecer pobres nuestras reflexiones ante los demás, aún sin serlo, pero tal juicio no alivia la carga del esfuerzo que cuesta alcanzarlas.
Me tortura tanta duda, polla dura no cree en Dios.
Estoy orgullosa de haber mentido, mentir bajo tortura no es fácil. Frente a la tortura, una persona con dignidad miente. Soportar la tortura es muy difícil El dolor es insoportable; no se pueden imaginar cómo. Estoy orgullosa de haber mentido, porque salvé a mis camaradas de la misma tortura y de la muerte
El martirio es una gracia de Dios que no creo merecer. Pero si Dios acepta el sacrificio de mi vida, que mi sangre sea la semilla de libertad y la señal de que la esperanza será pronto una realidad.
Hacemos énfasis en la importancia de las operaciones de martirio contra el enemigo, estos ataques de los que tienen miedo como nunca antes los estadounidenses y los israelíes.