Toda mujer capaz de trabajar debe ocupar su puesto en el frente laboral según el principio de a igual trabajo, igual salario, exigencia que debe realizarse lo antes posible.
En realidad, hay dos especies de utopías: las utopías proletarias socialistas que gozan de la propiedad de no realizarse nunca, y las utopías capitalistas que, desgraciadamente, tienden a realizarse con mucha frecuencia